¿Está condenada al fracaso la pensión pública?

¿Está condenada al fracaso la pensión pública?

El triple bloqueo de las pensiones públicas es una de esas políticas gubernamentales diseñadas con buenas intenciones (y para ganar votos), pero que ha demostrado tener graves deficiencias en el mundo real.

El triple bloqueo fue introducido por el Gobierno de coalición en 2010 para garantizar la protección de los ingresos de los pensionistas.

En virtud de esta garantía, la pensión estatal aumenta cada año en función de lo que sea más alto, el 2,5%, el crecimiento salarial medio entre mayo y julio en comparación con el periodo del año anterior, o la inflación.

Esto significa que los pensionistas pueden estar tranquilos sabiendo que sus ingresos seguirán creciendo cada año, al ritmo de la subida de los precios.

La lógica del triple bloqueo de la pensión pública

En teoría, parece una buena idea. En condiciones económicas estables, en las que la inflación se sitúa en o cerca del objetivo del Banco de Inglaterra (BoE) del 2%, y los salarios crecen en línea con la inflación, el gobierno tendrá una idea bastante clara de lo que tendrá que pagar año tras año.

Y eso es justo lo que ocurrió entre abril de 2010 y abril de 2020. En este periodo de baja inflación y bajo crecimiento salarial, la pensión básica estatal, pagadera a las personas que alcanzaron la edad de jubilación estatal antes del 6 de abril de 2016, pasó de 97,65 libras semanales a 134,25 libras, una tasa de crecimiento anual compuesto del 3,2%.

Sin embargo, como le dirá cualquier estudiante de historia económica, las economías suelen pasar por ciclos de crecimiento, estabilidad y declive. La inflación sube y baja, los salarios suben y bajan y el gobierno tendrá otras prioridades de gasto.

Ahora mismo estamos viendo las consecuencias de esta política bienintencionada pero miope.

En 2020, el gobierno bloqueó la economía, provocando enormes trastornos. Millones de personas perdieron sus empleos y millones de trabajadores vieron cómo sus ingresos se desplomaban, pero, según los términos del triple bloqueo, los pensionistas recibieron un aumento de ingresos del 2,5%.

Cuando la economía volvió a abrirse, los salarios se recuperaron y aumentaron un 8,8% entre abril y junio de 2021, según la Oficina Nacional de Estadística (ONS).

Según las normas del triple bloqueo de la pensión estatal, esto debería haber significado que los pensionistas recibieran un aumento del 8% en sus ingresos, lo que habría costado al Gobierno 3.000 millones de libras.

Sin embargo, el gobierno intervino para limitar la subida al 3,1%, argumentando que la interrupción de la pandemia causó un aumento artificial de los salarios.

Esta lógica no persistió en 2022. En septiembre, el Gobierno confirmó que aumentaría la pensión estatal en un 10,1% a partir de abril de 2023, en línea con la inflación del IPC.

Aumentan las obligaciones del Estado en materia de pensiones

Aunque se puede argumentar a favor de que las pensiones reciban cada año un aumento vinculado a la inflación, es difícil argumentar que merecen un trozo mayor del pastel (y de los limitados recursos del gobierno) cada año.

La pensión básica estatal alcanzará las 156 libras semanales el próximo abril. Eso es una tasa de crecimiento anual compuesta del 5% desde 2019, una tasa de crecimiento muy aceptable.

Sin embargo, según la ONS, durante el mismo período, los salarios medios brutos solo han crecido un 3,6% anual.

La pensión básica estatal se paga con los impuestos generales y, por lo tanto, los fondos disponibles para cumplir esta promesa están limitados por la recaudación fiscal. Ésta, a su vez, depende en gran medida del crecimiento de los salarios.

Los impuestos Pay As You Earn (PAYE) y el IVA, que representan alrededor de la mitad de los ingresos del gobierno del Reino Unido, dependen en gran medida del crecimiento de los salarios. Si estos flujos de ingresos no crecen al mismo ritmo que el gasto, entonces tenemos un problema. A diferencia de la pensión pública, que sólo puede subir debido al triple bloqueo, los salarios (y los impuestos recaudados sobre los salarios) pueden bajar.

Por ejemplo, en el año fiscal que termina en abril de 2020, el gobierno del Reino Unido recaudó 633.000 millones de libras en impuestos en general. Cuando sobrevino la pandemia, los ingresos fiscales se desplomaron. En el año hasta finales de abril de 2021, los ingresos fueron de sólo 584.000 millones de libras. Los impuestos recaudados disminuyeron, pero el gasto en pensiones siguió aumentando.

El creciente coste del triple seguro

El Ministerio de Trabajo y Pensiones (DWP) cifró el coste total de la pensión pública en 69.800 millones de libras en 2010. En este ejercicio fiscal, según el Instituto de Estudios Fiscales (IFS), ese coste será de 111.000 millones de libras, con un nuevo aumento de 5.000 millones de libras en el ejercicio fiscal que comienza en abril de 2023.

Como porcentaje del gasto público total, la pensión estatal representó el 7,7% en 2010, pero según las tendencias actuales será casi el 11,5% el año que viene.

En otras palabras, como el triple bloqueo de las pensiones estatales mantiene los ingresos de los pensionistas en aumento año tras año, mientras que el resto de la economía está sujeta a los altibajos generales del ciclo del mercado, el gasto en pensiones consume cada vez más recursos del gobierno.

Ahora bien, esto no significa que se vaya a suprimir pronto el triple seguro, pero sí que, con una población que envejece y unos recursos financieros limitados, el Gobierno tendrá que tomar algunas decisiones difíciles.

Nada puede subir y subir eternamente. Si yo pusiera en marcha una empresa de inversión que prometiera únicamente rendimientos positivos, me llevarían ante los organismos reguladores por engañar a los inversores.

O suben los impuestos para cubrir el déficit o se reconsideran los compromisos de gasto. El endeudamiento es una opción, aunque como vimos a finales del año pasado, los acreedores del gobierno británico ya no están dispuestos a tragarse los grandes compromisos de gasto sin financiación de los responsables políticos.

Antolín Blanco

Antolín Blanco, inversor independiente en mercados financieros desde 1982 y editor del blog Mercados y Burbujas, cuyo conocimiento de los factores ocultos que mueven los mercados aporta información muy rica y distinta a lo que se suele leer en la prensa económica convencional. Escolar de la ideología austríaca de economía y partidario de la abolición de los bancos centrales.

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