Invertir en la economía digital

Invertir en la economía digital

A medida que la economía digital sigue creciendo exponencialmente, los proveedores de tecnología financiera con la experiencia especializada para ayudar a las personas a participar en ella se están convirtiendo en el centro de atención. Estas fintechs proporcionan la infraestructura que sustenta la forma en que las tecnologías digitales están cambiando nuestra forma de trabajar, vivir y jugar.

Sólo en el Reino Unido, las empresas de tecnología financiera atrajeron 11.600 millones de dólares de inversión el año pasado, según la CBI -un aumento del 217% respecto a 2020- y el número de empresas «unicornio» de mil millones de dólares en el sector se duplicó con creces. Y se trata de un fenómeno global: dado que la economía digital se expande rápidamente en todo el mundo, también lo hacen las empresas de tecnología financiera que la sustentan.

Dados los logros ya alcanzados por las fintechs y las perspectivas de crecimiento, muchos inversores están entusiasmados con los beneficios que puede ofrecer la entrada en una fase temprana. Pero invertir en este aspecto de la economía digital no siempre es sencillo, con trampas que pueden sorprender a los incautos. Tomemos tres áreas del mercado en las que se está concentrando el interés de los inversores:

Gestión del riesgo de las criptomonedas Los inversores británicos se han entusiasmado cada vez más con los activos de criptomoneda, lo que llevó a la Autoridad de Conducta Financiera, principal regulador de la City en el Reino Unido, a publicar una nota de advertencia el mes pasado. La inversión en estos activos no está regulada en el Reino Unido, señala la FCA, ya que la volatilidad del mercado ha afectado al valor de las participaciones de muchos inversores.

Las criptomonedas, para los no iniciados, son divisas digitales que se aseguran mediante una sofisticada criptografía; el ejemplo más conocido es Bitcoin, pero hay muchas más. Muchas criptomonedas funcionan con tecnologías descentralizadas, utilizando cadenas de bloques (blockchains), que en realidad son registros de transacciones mantenidos por enormes redes de ordenadores.

Como se ha visto en los últimos meses, las criptomonedas pueden subir y bajar a una velocidad alarmante, pero eso no quiere decir que se reste importancia al valor fundamental y la utilidad de la moneda digital. Proporciona un medio para intercambiar electrónicamente valor con cualquiera, en cualquier lugar, y hacerlo al instante, sin necesidad de recurrir a intermediarios tradicionales como los bancos. Tiene el potencial de remodelar radicalmente el sistema financiero mundial.

¿Cómo pueden los inversores explorar estas ideas? Una opción podría ser fijarse en las empresas que lideran la carga de la criptodivisa, en lugar de en los propios activos. Esto podría incluir, entre otras, empresas directamente implicadas en la minería, los pagos, las finanzas y la infraestructura de criptomonedas. Todas ellas apoyan el uso de activos digitales y sus redes asociadas como base de una economía digital.

Sacar provecho de los pagos Los consumidores se han acostumbrado a poder pagar sus facturas de nuevas formas que ofrecen mayor comodidad y reducen el estrés. El pago sin contacto es un ejemplo: el valor total de las transacciones sin contacto en el Reino Unido aumentó a 166.000 millones de libras el año pasado, según Spain Finance, un 46% más que el año anterior. El crecimiento de la financiación «compre ahora, pague después» es otro ejemplo: aprovechando las nuevas tecnologías, los innovadores de este sector son capaces de ofrecer a los consumidores planes de financiación personalizados en el punto de pago. Y luego están los pagos por móvil, ya que millones de personas utilizan sus teléfonos para pagar bienes y servicios, prescindiendo por completo de las tarjetas bancarias y el efectivo.

Todas estas capacidades de pago requieren innovación e infraestructura por parte de empresas de pagos centradas en facilitar la comunicación, el comercio y la colaboración. Es fácil empezar a darlas por sentadas muy rápidamente dada su adopción masiva, pero no existirían si no fuera por la influencia disruptiva de las empresas fintech que han desarrollado la tecnología necesaria.

Entre ellas se incluyen empresas que se han convertido en nombres conocidos, como el procesador de pagos digitales Paypal o el banco británico Revolut, así como nuevas empresas como Coinbase, una de las bolsas de criptomonedas más populares.

Las empresas tradicionales del sector de los servicios financieros están naturalmente dispuestas a desempeñar su papel en la innovación y a ofrecer a sus propios clientes nuevos productos y servicios digitales. Sin embargo, aunque estas empresas han puesto en marcha iniciativas en áreas que van desde la banca en línea a las aplicaciones móviles, éstas tienen que atornillarse a sus tecnologías y sistemas heredados, lo que inevitablemente las frena.

En cambio, las empresas digitales del sector fintech han podido desarrollar sus productos y servicios desde cero. Han sido capaces de construir redes, protocolos y otras infraestructuras específicamente con el fin de ofrecer productos de economía digital, en lugar de tener que adaptar sistemas que se desarrollaron para una era analógica.

Desde el punto de vista de la inversión, estas empresas digitales resultan especialmente atractivas. La economía digital contará con una amplia gama de instituciones financieras, incluidos los proveedores tradicionales, pero es probable que las nuevas fintech se beneficien de una mayor agilidad y flexibilidad.

En este contexto, la clave para los inversores será pensar en qué empresas están mejor situadas para impulsar la transición a la economía digital, y la forma correcta de asegurar la exposición a esas empresas.

«La economía digital representa una reimaginación fundamental del sistema financiero mundial hacia un nuevo paradigma que aprovecha la velocidad, la comodidad y las capacidades de la tecnología financiera moderna», afirma Michael Sonnenshein, consejero delegado de Grayscale Investments, una gestora de activos centrada en este ámbito. «Nuestro propio Grayscale Future of Finance UCITS ETF es un producto que pretende captar estos temas en un único fondo conveniente, pero hay muchas maneras para que los inversores reciban exposición a esta megatendencia global.»

– Más información en www.hanetf.com/grayscale

Antolín Blanco

Antolín Blanco, inversor independiente en mercados financieros desde 1982 y editor del blog Mercados y Burbujas, cuyo conocimiento de los factores ocultos que mueven los mercados aporta información muy rica y distinta a lo que se suele leer en la prensa económica convencional. Escolar de la ideología austríaca de economía y partidario de la abolición de los bancos centrales.

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