Oímos hablar mucho de los hombres más ricos del mundo, pero ¿quién es la mujer más rica y cómo hizo su fortuna?
Según Bloomberg, la mujer más rica del mundo es Françoise Bettencourt Meyers, con un patrimonio neto de 91.000 millones de dólares. Es nieta de Eugene Schueller, fundador de L’Oréal, y heredó la fortuna de su madre, Liliane Bettencourt.
¿Quién es Françoise Bettencourt Meyers?
La riqueza de Francoise Bettencourt Meyers procede de su participación en L’Oréal, la mayor empresa de cosméticos del mundo por capitalización bursátil.
Heredó su participación en L’Oréal de su madre, Liliane Bettencourt, hija de Eugene Schueller, fundador de la empresa.
Liliane Bettencourt falleció en 2017 y dejó su fortuna a Françoise.
Francoise preside el consejo de administración de la empresa y tiene una influencia significativa en las operaciones diarias de la compañía. Ha impulsado la modernización de la imagen de la empresa, abogando por la mejora de la sostenibilidad y los objetivos de responsabilidad social, ayudando a L’Oréal a cambiar con los tiempos y mantener su posición como líder en la industria cosmética.
Además de presidir el consejo de administración de L’Oréal, Françoise y su marido, Jean-Pierre Meyers, fundaron la Bettencourt Meyers Family Foundation, que apoya iniciativas medioambientales, de justicia social y de derechos humanos.
Cómo ganó su fortuna la mujer más rica del mundo
L’Oréal tiene una rica historia que se remonta a más de un siglo.
Fundada en 1909 por el químico francés Eugène Schueller, la empresa producía originalmente tintes para el cabello, pero se expandió rápidamente en diferentes categorías de productos bajo la dirección de su fundador en el mercado de los cosméticos. Pronto, la empresa empezó a fabricar una amplia gama de productos de belleza, además de productos capilares.
La empresa creció rápidamente en Europa y luego se expandió internacionalmente en los años 50, abriendo oficinas en Estados Unidos y otros países del mundo.
Uno de los factores clave que han contribuido al éxito de L’Oréal es su compromiso con la investigación y el desarrollo. Su compromiso con el crecimiento y el desarrollo ha sido reconocido durante mucho tiempo como líder del sector, y muchos analistas lo han señalado como la razón por la que el grupo ha mantenido su posición de líder del mercado a lo largo de los años.
La historia de L’Oréal está entrelazada con su innovación. En 1963, la empresa lanzó su primer champú diseñado específicamente para cabellos teñidos y, en 1973, introdujo el primer producto de coloración que no requería un champú aparte. Hoy pueden parecer pequeños cambios, pero en su momento fueron revolucionarios.
En las últimas décadas de los 90, L’Oréal siguió ampliando su línea de productos y su alcance, centrándose en la investigación y el desarrollo, así como en las adquisiciones.
La empresa amplió su oferta de productos para incluir el cuidado de la piel, maquillaje y fragancias, y también adquirió otras marcas para diversificar aún más su cartera. Algunas de las marcas más conocidas de la familia L’Oréal son Maybelline, Garnier, Lancôme y Kiehl’s.
L’Oréal afronta bien los retos del mercado
A pesar de su éxito, L’Oréal se ha enfrentado a numerosos retos. Recientemente, L’Oréal ha tenido que hacer frente a críticas por utilizar ensayos con animales en China, que exige que algunos tipos de cosméticos se prueben en animales.
Aunque el grupo ha dado grandes pasos para eliminar las pruebas en animales de la mayoría de sus procesos de fabricación, PETA señala que la empresa «se ha negado a adoptar una política en toda la empresa contra las pruebas en animales tanto para sus ingredientes como para los productos acabados», principalmente debido a su exposición a China.
La empresa se ha fijado objetivos ambiciosos para reducir su impacto medioambiental y promover prácticas de abastecimiento responsables.
En el marco de su programa de desarrollo sostenible Sharing Beauty With All (Compartir la belleza con todos), lanzado en 2014, el grupo estableció objetivos concretos de mejora para reducir su impacto medioambiental.
Las emisiones de CO2 de sus fábricas y centros de distribución se redujeron un 81% entre 2005 y 2020, pese a que la producción ha aumentado casi un tercio.
Y tiene previsto ir más allá y alcanzar la neutralidad de carbono en todas las plantas para 2025 (un objetivo que ya ha alcanzado en algunos mercados). L’Oréal también quiere reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% por producto acabado de aquí a 2030, abordando los «impactos directos e indirectos», como la actividad de los proveedores y el uso de los consumidores.